A José Pou Mercado
Ante el paraje insondable de la muerte revivimos la pulpa de tu trova derramada en las frondas del yagrumo regazo del sinsonte. Arrebataste al aire su camino de rimas entre cuerdas y arpegios. Los secretos de la noche transparentaban versos como bengalas para tus fervorosas espinelas. Siempre quisimos la heredad de tu numen tus aguinaldos robándose la frescura matinal. Recuerdo que enhebrabas gemidos ancestrales en aquellas cadenas melodiosas alargadas en la pureza del silencio. Pueden hablar los trillos que pisabas con tu andar agreste rejuntando ilusiones. Tus manos en el cuatro que forjaste recordaban la piel de la montaña con el seis montebello de quejosos gorjeos o el mapeyé que hurgaba en la tristeza acuosos desamores. En tu sangre tenaz tuvo la Patria un caudal de tonadas. A tu hervorosa vida encamino mi verbo a tu hablar encendido por nobles extravíos a la henchida angostura de tus recodos al abrazo de asidero con el húmedo pañolón del amigo. E...