A José Pou Mercado

Ante el paraje insondable de la muerte
revivimos la pulpa de tu trova
derramada en las frondas del yagrumo
regazo del sinsonte.
Arrebataste al aire su camino de rimas
entre cuerdas y arpegios.
Los secretos de la noche
transparentaban versos como bengalas
para tus fervorosas espinelas.
Siempre quisimos la heredad de tu numen
tus aguinaldos robándose la frescura matinal.
Recuerdo que enhebrabas gemidos ancestrales
en aquellas cadenas melodiosas
alargadas en la pureza del silencio.
Pueden hablar los trillos
que pisabas con tu andar agreste
rejuntando ilusiones.
Tus manos en el cuatro que forjaste
recordaban la piel de la montaña
con el seis montebello de quejosos gorjeos
o el mapeyé que hurgaba en la tristeza
acuosos desamores.
En tu sangre tenaz tuvo la Patria
un caudal de tonadas.
A tu hervorosa vida encamino mi verbo
a tu hablar encendido por nobles extravíos
a la henchida angostura de tus recodos
al abrazo de asidero
con el húmedo pañolón del amigo.

Este viaje desbrozó la angustia de la carne
la marea de tus ahogos.

Hermano cantor
ramalazo de barro
corazón de corteza inviolada
mástil de travesías musicales
te devolvemos a la tierra que amparaste
en el vientre de tus instrumentos
te escribimos y te pronunciamos
como un poema en el lienzo de esta tarde
para que siempre madrugues con los pájaros
y no te canses de cantar la primavera.

Pedro Juan Ávila Justiniano
VII-XII-XI



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Comentarios

  1. Mi nombre es Liz Pou. Soy sobrina de Pipe, hija de Antonio. Por casualidad hallé tu poema en honor de tío. Me dió mucho gusto leerlo. Gracias por tus bonitas palabras y por ser su buen amigo. Por favor, recibe un cordial saludo de parte de nuestra familia. Y de nuevo, gracias.

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