Para volver a mirarte de Pedro Juan Ávila Justiniano Ángel M. Encarnación Rivera Para volver a mirarte es una colección de cuentos publicada por Pedro Juan Ávila Justiniano en el 2016 bajo el sello de la Colección Guajana. Ávila Justiniano es un reconocido poeta, dramaturgo y profesor que tiene en su producción intelectual una serie de obras creativas y de investigación muy reconocidas. Este cuaderno de relatos consta de veintidós relatos breves y desconcertantes que nos raptan desde que nos som...
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mmomentonservible,le, desechable, mmomentonservible,le, desechable, El otro amante Del libro Para volver a mirarte de Pedro Juan Ávila Justiniano Tocó a mi puerta tan temprano en la mañana que entre dormida y despierta, dejé escapar una mala palabra de explosivo fastidio. En realidad eran más de las diez, pero la noche anterior, el bruto de turno se aprovechó de mi borrachera y se quedó hasta tarde bebiendo y experimentado conmigo sus maromas sexuales. Tras aprovecharse como mejor pudo, se fue sin aflojar ni un chavo prieto. Esa mañana, escuché mi nombre al otro lado de la ventana, pero estaba tan cansada y contrariada que cuando el impertinente insistió varias veces, di cuatro golpes al colchón y no respondí. Hasta silencié lo más que pude mi respiración, a ver si el idiota que llamaba a esa hora, se cansaba y se largaba a molestar a la buena madre que lo arrojó al mundo con el único propósito de interrumpir el placentero sueño mañanero de mujeres como yo. Dijo un nombre y...
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De viejos y de locos Una de mis primeras confusiones fue asociar la vejez con la locura. Lo digo porque la infantil curiosidad me llevó a husmear reveladores contrasentidos entre los mayores. Nada sabía entonces de la psicosis, de las alucinaciones, de la catatonia y de otras patologías. Hablo del fisgoneo de mis pupilas niñas, como una cámara de cine escondida en algún rincón de la habitación. He dicho antes que uno de esos seres absorbentes fue mi padre. Algunas noches, al trasluz de una cortina, escondido y sorprendido, vi y escuché al Viejo decir palabras raras, que recogían preocupaciones y anhelos que no comprendía. Otra que también nos visitaba con regularidad era una divertida vecina llena de canas y de piel muy estrujada. Llegaba ensartando frases incoherentes con refranes colorados, luego se lanzaba al suelo en contorsiones que provocaban carcajadas de mis hermanos. Me hizo pensar que alguna gente mayor se paseaba desfachatadamente por la irrealidad. Mis temerosas curio...
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Esta oliente locura que es la vida Andaré enamorado como ese río que corre suelto con el sudor de los espigadores regocijado en las laderas de los montes entre albas naranjazules moliendo la lluvia en mis manos inventando tonadas junto al viento. Sé que alguna vez me viste triste como un pitirre mojado en el tronco escamoso o como aquel portal frente al camino solitario. Hoy he dejado de ver sábados cabizbajos tampoco sufro domingos de gastadas canciones. Ve y dile a tus amigos que me bajé de la nostalgia para amarrar retozos al polvo de mis huellas que lloro la alegría de encontrarme en los abrazos. Voy mojando en un vino más dulce mis hogazas tiemblo con la sorpresa de la risa sé que alguien seduce mis poemas y clandestinamente los lleva entre sus labios. Convoco la alabanza de todos los sedientos secretamente entorchan el milagro. El árbol que ennoblece sus memorias de abril muy a menudo embebe el licor de la guitarra. ...
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Prólogo de la poeta y profesora Iris Miranda sobre el poemario más reciente de Pedro Juan Ávila, Cuando el viento y el beso confabularon Camino por la fábula amorosa de Pedro Juan Ávila Confabular, bien podríamos decir, es ser cómplice de una historia que, en esta ocasión, ofrece al lector el quehacer intimista del poeta y sus claves para la creación. De esta manera Pedro Juan Ávila Justiniano, hacedor de imágenes sorprendentes y aquilatado poeta, nos entrega sus versos en Cuando el beso y el viento confabularon , poemario que se divide en cuatro partes: Gime la sombra, Lo mejor del edén, No son ansiados todos los caminos y Seamos uno solo en el silencio y que contiene 53 textos . Los temas principales de este poemario se desprenden de una visión romántica del alma poética y son: la metapoesía, la soledad, la mujer, el recuerdo y el eros, entre otros. El lector disfrutará de variaciones del género poético como lo son el poema en prosa y el microrrelato en el que parece adve...
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Comentarios del poeta toalteño Israel Rivera Náter sobre Acordes Afanosos Esta poesía nueva de nuestro dilecto amigo Pedro Juan Ávila, surge de sus preocupaciones ontológicas y de un corazón aventurero, como es el que adorna su pecho. Por eso, Acordes Afanosos es un libro profundo y lleno de reflexiones y emociones románticas. La cotidianidad de sus emociones nos sorprende en cada verso. Veamos el siguiente fragmento: Para que te entregues con el viento Te llamo desde el vértice de la palabra desde la incontinencia de mi vacío para que las ondas recorten tu silueta con alma y no faltes al estremecimiento de mis dedos... Como ven, en este poema la ilusión se deslía como doncella desnuda y el amor se nos presenta como la totalidad dela vida Enhorabuena, poeta
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Acordes afanosos de Pedro Juan Ávila, un concierto de versos Ángel M. Encarnación Rivera Pedro Juan Ávila es un poeta manatieño creador en variados géneros, estudioso y profesor. Acordes afanosos , 2010, es una obra poética publicada por la editorial Terranova. En ella se logra aunar humor, sorpresa, audacia verbal, innovación, vanguardia, buen gusto, comedimiento, pasión, dolor y recuerdo como pocas veces encontramos en un libro de poesía. Ninguno de aquellos contenidos se recarga, el buen gusto sobresale. El libro está dividido en cuatro partes: “Sobresaltos ante el clavijero,” “Cuerdas fluorescentes,” “El lunático bordón,” y “Variaciones febriles.” Cada parte se introduce con un poema temático como en una sinfonía, estructura artística que el libro recrea en cuatro movimientos. La primera parte se debate ante el recuerdo de lo imposible y el deseo. Este deseo crece al retornar lo vivido por distintos medios como lo son la naturaleza, las fuentes, los arbustos, los trinos, la...