Esta oliente locura que es la vida Andaré enamorado como ese río que corre suelto con el sudor de los espigadores regocijado en las laderas de los montes entre albas naranjazules moliendo la lluvia en mis manos inventando tonadas junto al viento. Sé que alguna vez me viste triste como un pitirre mojado en el tronco escamoso o como aquel portal frente al camino solitario. Hoy he dejado de ver sábados cabizbajos tampoco sufro domingos de gastadas canciones. Ve y dile a tus amigos que me bajé de la nostalgia para amarrar retozos al polvo de mis huellas que lloro la alegría de encontrarme en los abrazos. Voy mojando en un vino más dulce mis hogazas tiemblo con la sorpresa de la risa sé que alguien seduce mis poemas y clandestinamente los lleva entre sus labios. Convoco la alabanza de todos los sedientos secretamente entorchan el milagro. El árbol que ennoblece sus memorias de abril muy a menudo embebe el licor de la guitarra. ...